La lucha de John Brown contra la esclavitud
E.BORREGO
John Brown, una de las personas más representativas de la lucha contra la esclavitud de la población de color, sobre todo por sus métodos un tanto sangrientos, nació en el año 1.800 en el seno de una humilde familia campesina y tremendamente religiosa del sur de los Estados Unidos. Pasó su juventud entre las enormes plantaciones de algodón. Allí, pudo conocer la dura vida de la población esclava de color. Fue este el motivo que le llevó a que desde bien joven se mostrara radicalmente en contra de la esclavitud y deseara por encima de todo la igualdad absoluta de las masas negras. John Brown se encontraba muy adelantado a la gran mayoría de los abolicionistas de esta época. Así, durante varios años intentó combatir por su cuenta la esclavitud; sin embargo, las leyes se iban volviendo cada vez más restrictivas y las condiciones de los esclavos cada vez peores. Tales circunstancias motivaron que creyera que tan solo sería posible acabar definitivamente con la esclavitud mediante el empleo de la lucha armada.
Siempre tuvo bien claro que el fin justificaba los medios. De ahí que las cruentas revueltas que encabezó fueran calificadas por muchos de “salvajes”. Hacia 1847 ideó el asalto al arsenal de armas de Harper’s Ferry, en la tranquila ciudad de Virginia, en la frontera con el norteño estado de Maryland. Su idea era repartir el armamento incautado entre los negros para facilitar así un levantamiento general. A pesar de que el plan no pasó de la fase teórica, sí que organizó una guerrilla –los denominados “Guardianes de la Libertad”–. Junto a ellos atacó varias casas de Pottawatomie asesinando a sablazos a todos los miembros masculinos de una familia esclavista.
Por actos sangrientos como este, para buena parte de la población fue un mero asesino, mientras que otros le consideraron un salvador.
En 1859, cuando la agitación general a favor de la abolición de la esclavitud cobró una mayor intensidad vio la ocasión ideal para poner en marcha el plan que años antes había ideado: asaltar el arsenal de armas de Harper’s Ferry. Además, por aquel entonces ya había conseguido reunir una suma de dinero suficiente como para ponerse en marcha y encabezar la revuelta. De este modo, desde la noche del 19 de octubre de ese año y durante más de dos días estuvo al mando de un grupo compuesto por 21 hombres –5 negros y 16 blancos–.
Bien es cierto que entre todos rápidamente se apoderaron de un buen número de armas; no obstante, decidió que el grupo permaneciera allí atrincherado, en lugar de cargar las armas y huir a las montañas para levantar fortificaciones, tal y como tenían previsto en un primer momento.
Enseguida se dio la voz de alarma y un destacamento militar liderado por el coronel Robert E. Lee (quien años más tarde sería considerado el general más famoso del ejército del Sur) sitió el lugar. Y, ante la rotunda negativa de John Brown a rendirse, los soldados tomaron el arsenal al asalto. En la reyerta él resultó herido y fallecieron 10 de los 18 hombres del grupo de abolicionistas, entre ellos, 2 de sus hijos. Los soldados le arrestaron y trasladaron a Charlestown, en Virginia. Allí fue juzgado y condenado a la horca por asesinato y traición. Fue su muerte la que contribuyó a forjar el mito, a pesar de sus violentos métodos, los cuales posteriormente provocaron una radicalización de las posturas de ambos bandos. Su figura se hizo extremadamente popular, tomándolo incluso como mártir de la causa abolicionista.
John Brown, una de las personas más representativas de la lucha contra la esclavitud de la población de color, sobre todo por sus métodos un tanto sangrientos, nació en el año 1.800 en el seno de una humilde familia campesina y tremendamente religiosa del sur de los Estados Unidos. Pasó su juventud entre las enormes plantaciones de algodón. Allí, pudo conocer la dura vida de la población esclava de color. Fue este el motivo que le llevó a que desde bien joven se mostrara radicalmente en contra de la esclavitud y deseara por encima de todo la igualdad absoluta de las masas negras. John Brown se encontraba muy adelantado a la gran mayoría de los abolicionistas de esta época. Así, durante varios años intentó combatir por su cuenta la esclavitud; sin embargo, las leyes se iban volviendo cada vez más restrictivas y las condiciones de los esclavos cada vez peores. Tales circunstancias motivaron que creyera que tan solo sería posible acabar definitivamente con la esclavitud mediante el empleo de la lucha armada.
Siempre tuvo bien claro que el fin justificaba los medios. De ahí que las cruentas revueltas que encabezó fueran calificadas por muchos de “salvajes”. Hacia 1847 ideó el asalto al arsenal de armas de Harper’s Ferry, en la tranquila ciudad de Virginia, en la frontera con el norteño estado de Maryland. Su idea era repartir el armamento incautado entre los negros para facilitar así un levantamiento general. A pesar de que el plan no pasó de la fase teórica, sí que organizó una guerrilla –los denominados “Guardianes de la Libertad”–. Junto a ellos atacó varias casas de Pottawatomie asesinando a sablazos a todos los miembros masculinos de una familia esclavista.
Por actos sangrientos como este, para buena parte de la población fue un mero asesino, mientras que otros le consideraron un salvador.
En 1859, cuando la agitación general a favor de la abolición de la esclavitud cobró una mayor intensidad vio la ocasión ideal para poner en marcha el plan que años antes había ideado: asaltar el arsenal de armas de Harper’s Ferry. Además, por aquel entonces ya había conseguido reunir una suma de dinero suficiente como para ponerse en marcha y encabezar la revuelta. De este modo, desde la noche del 19 de octubre de ese año y durante más de dos días estuvo al mando de un grupo compuesto por 21 hombres –5 negros y 16 blancos–.
Bien es cierto que entre todos rápidamente se apoderaron de un buen número de armas; no obstante, decidió que el grupo permaneciera allí atrincherado, en lugar de cargar las armas y huir a las montañas para levantar fortificaciones, tal y como tenían previsto en un primer momento.
Enseguida se dio la voz de alarma y un destacamento militar liderado por el coronel Robert E. Lee (quien años más tarde sería considerado el general más famoso del ejército del Sur) sitió el lugar. Y, ante la rotunda negativa de John Brown a rendirse, los soldados tomaron el arsenal al asalto. En la reyerta él resultó herido y fallecieron 10 de los 18 hombres del grupo de abolicionistas, entre ellos, 2 de sus hijos. Los soldados le arrestaron y trasladaron a Charlestown, en Virginia. Allí fue juzgado y condenado a la horca por asesinato y traición. Fue su muerte la que contribuyó a forjar el mito, a pesar de sus violentos métodos, los cuales posteriormente provocaron una radicalización de las posturas de ambos bandos. Su figura se hizo extremadamente popular, tomándolo incluso como mártir de la causa abolicionista.